Por MB Canonico
La
participación de personas con discapacidad en los medios de comunicación crece
cada vez más. Sin embargo, muchas veces no se tienen en cuenta las medidas que
se pueden tomar para fomentar la integración de este grupo de personas en todos
los ámbitos de la sociedad.
“Estar
en los medios de comunicación, tal como está concebido hoy en día, es una
manera de hacerse visible, de existir”, explica la Dr. Liliana Pantano -socióloga, investigadora
y Asesora y Consultora Nacional e Internacional en aspectos sociales de la discapacidad-.
Además, sostiene que todos los individuos esperan que sus intereses sean
recogidos por los medios, para que se genere un lugar de debate, de intercambio
de información y de solución de problemas. En muchas ocasiones, las inquietudes
de las personas discapacitadas no son captadas por la televisión, la radio y
los medios gráficos.
Ricardo Merino, miembro de COPIDIS (Comisión
para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad), denuncia
que una de las fallas más frecuentes que cometen los medios de comunicación es
que, en lugar de centrarse en las aptitudes de quienes poseen algún tipo de
discapacidad, hacen hincapié en las limitaciones. “La discapacidad no es un
tema masivo en los medios”, declara.
Por
otra parte, la Dr. Pantano señala: “hay una tendencia a mostrar a una persona discapacitada
como fenómeno, problema, algo lastimero o, por el contrario, como héroes”. Y
agrega que lo importante es mostrar a este grupo de personas como a cualquier
otro ciudadano, con discapacidad y con necesidades particulares y específicas, pero también con las mismas que
tiene el resto de la sociedad, tales como educarse, trabajar y formar una
familia.
En referencia a los medios gráficos, la
especialista manifiesta que lo ideal sería que en las notas sobre el día del
padre, por ejemplo, aparezca un padre ciego o en silla de ruedas, pero no en su
perfil de discapacitado, sino en su rol de papá. Otro ejemplo sería que cuando
los medios cubren el primer día de clases, no sólo se exponga al niño rubio
estereotipado, sino que se difunda la imagen de un chico con Síndrome de Down o
uno parapléjico.
A pesar de esto, Pantano también sostiene
que para los medios ha sido un desafío mostrar la temática de la diversidad,
dentro de la cual está la discapacidad, con mayor objetividad y equilibrio y,
que en la actualidad, estas situaciones están más presentes.
Un claro ejemplo del aumento de la
participación de personas con distintas discapacidades en televisión es
Showmatch. El programa de TV
conducido por Marcelo Tinelli ha tenido como participantes del famoso certamen Bailando por un sueño en 2008 a Serafín
Zubiri -un músico ciego español-; a Noelia Pompa –una bailarina de baja talla-
que se consagró ganadora en 2011 y participa nuevamente este año, como también Reinaldo
Ojeda –bailarín colombiano que nació sin su pierna izquierda- y Ayelén Barreiro
–una joven con síndrome de Down-.
A partir de algunas de las incorporaciones
ya mencionadas, distintas organizaciones de personas discapacitadas y el INADI
se manifestaron en contra, apelando que, muchas veces, se utilizaba a las
personas con discapacidad para generar sensibilidad en el público o como objeto
de burla.
Liliana Pantano argumenta que toda persona
discapacitada tiene derecho a participar, dejarse usar o no; como cualquier
individuo de la sociedad tiene voz y voto, por lo cual debería poder usarlo y
darse el lugar que le corresponda.
“No
siempre son maltratadas por los medios. Muchas veces hay personas o grupos que
se prestan o no ponen las cosas en su punto medio porque no pueden, no saben o
les da igual”. Por eso mismo, para la especialista, la presencia de una persona
con discapacidad en los medios de comunicación debe ser cabal y objetiva, ya
que mostrar al individuo en su cotidianeidad contribuiría a generar mayor
conciencia social; reconocimiento de sus derechos y obligaciones; y facilitaría
respuestas de la sociedad, tanto para el trabajo, como para el ocio y el tiempo
libre.
Para Merino, tanto como para COPIDIS, la
inclusión de personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad es
fundamental. Por lo tanto, el alcance que
tiene el programa de Marcelo Tinelli a millones de hogares, ayuda a que el
público rompa con los prejuicios y preconceptos que la sociedad tiene para con
la discapacidad.
Los medios y la discapacidad desde adentro
- Verónica González Bonet –licenciada en Sistemas y columnista sobre discapacidad en Visión 7, TV pública- es la única periodista ciega que trabaja frente a las cámaras de televisión en Argentina y una de las dos en el mundo.
“Cuando me
di cuenta de que mi vocación era ser periodista, pensé que iba a ser más simple
buscar trabajo en los medios que en el ámbito de la informática. Me llevé una
sorpresa por el prejuicio que tienen en los medios privados ante la
discapacidad. Evidentemente, tienen un mensaje y en la práctica el accionar es
otro. En las entrevistas de trabajo me subestimaban; me decían que no había
personas como yo en cámara. Por eso, no es casual que esté trabajando en la TV
Pública, donde llegué a través de Jefatura de Gabinete.
Para muchos, causa impacto ver a una
persona discapacitada trabajando como periodista. Yo hago lo mismo que mis
colegas: armo las entrevistas, elijo qué va en el informe y qué no, lo grabo y
lo presento en el piso.
Con mi trabajo en el noticiero intento que
la gente deje de tener esa idea lastimosa de las personas discapacitadas; que
vean que podemos desempeñarnos en todos los ámbitos de la sociedad como
cualquier otra persona. Lo que más rescato de mi columna es que no es un
programa específico sobre discapacidad, sino que es una sección inmersa en un
programa de noticias. Esto hace que el público en general se informe sobre la
temática. Sin embargo, es difícil hablar sobre temas que la gente no tiene
ganas de tocar. Es diferente encarar una nota desde los derechos humanos, en
lugar de abordarla con un perfil amarillo, como se acostumbra en los medios.

En
las ficciones también es terrible como se presenta el tema. Muestran al
discapacitado resentido porque tuvo un accidente y se volvió el más malo de los
malos, o al que es un ser de luz, que es puro amor. Es lamentable. Las personas
con discapacidad tenemos virtudes y defectos como cualquier otro, no somos
seres extraordinarios o nada por el estilo. El imaginario social es que tener
una discapacidad es terrible y que la única forma de ser feliz es no tenerla.
De
todas formas, creo que con la implementación de la Ley de medios, pueden
generarse más oportunidades para que aumente la participación de personas con
discapacidades. Desde mi lugar de periodista, considero que lo mejor es
integrarse en estructuras y no crear una estructura propia que contribuya a que
la discapacidad se transforme en un gueto”.
- Andrea Grassia es periodista. Trabajó en distintos medios gráficos, en radio; actualmente es asesora en la Legislatura porteña y miembro de la Biblioteca argentina para Ciegos (BAC)
“Decidí
estudiar periodismo porque quería adquirir las herramientas necesarias para
tener menos temores sobre lo que podía hacer o no en un trabajo. Una de las
preocupaciones era formar parte de un programa de televisión o hacer un móvil, creía
que podía ser complicado conseguir entrevistas. Con la práctica me di cuenta de
que todas las posibles dificultades se podían solucionar. Para cubrir un móvil,
podía ir con alguien que viera para que me ayudara, o simplemente, podía realizar
otras tareas; en la radio, no tenía problemas en el contacto con el operador
técnico, ya que en lugar de manejarme con señas, podía usar los auriculares.
Me
di cuenta de que tenía que luchar contra varios prejuicios de otros periodistas
y empleadores. Son cosas que les pasa a todos los trabajadores con
discapacidad, sean profesionales o no. Es muy difícil romper con los preconceptos
de la sociedad en general.
Muchas
veces, los medios se llenan la boca hablando de la integración, pero a la hora
de poner eso en práctica, en la cotidianeidad, no hablan desde los derechos y cómo
resuelve una persona con discapacidad una dificultad para poder incluirse. A
veces el periodismo se limita a cumplir un rol de denuncia, y olvida la
cuestión social. Tendrían que difundir cómo tratar a una persona según la
discapacidad que tenga, para evitar los prejuicios.
Hay
muchas cosas importantes para las personas con discapacidad que no se informan
y deberían comunicarse, como por ejemplo, leyes, herramientas para que puedan
sentirse con derechos y reclamar para que estos se cumplan. Lamentablemente,
somos las mismas personas con discapacidad las que tenemos que movernos para
que se traten esos temas, porque es un tema que no vende y los periodistas que
no tienen relación con la temática, no se encargan de transmitirlo.
Es
común que se muestre a la persona con discapacidad desde varios aspectos: el de
la caridad o el héroe, pero es muy raro que se difunda la imagen de una persona
discapacitada en proceso de integración o inclusión, en el día a día con las
adaptaciones que puede llegar a necesitar. Por ejemplo, una persona ciega
usando el sistema braille, una computadora con lector de pantalla, en la
escuela o en el trabajo; una persona en silla de ruedas movilizándose en una
rampa y yendo a trabajar como cualquier otra.
Si
bien, creo que actualmente hay más personas con discapacidad en los medios, que
antes no aparecían. Creo que éstas tendrían que aprovechar ese espacio para transmitir
posibilidades de empleo y de inclusión. Está bueno mostrar a alguien que tiene
talento para el canto o el baile. Me parece perfecto que aparezca en televisión
haciendo algo en lo que se destaque, porque, así, se lo puede ver en la
cotidianeidad del trabajo para el cual se capacitó.
Muchas
veces los medios contribuyen a que haya “circunstancias discapacitantes” cuando
muestran a la persona rebajada, mostrando sus miserias. Cuando la discapacidad
se muestra a fin de que la gente piense “pobre, tiene un discapacidad”, no es
para nada productivo. Todo depende del enfoque que se le de al tema. El
problema reside en que para muchos es difícil pensar en la discapacidad como
una dificultad y no como un padecimiento del cual no se puede salir.
En
mi opinión, la ley de medios va a ser fundamental para que las personas discapacitadas
se sientan integradas en los medios de comunicación. Por un lado, para que estén
atentas para no quedarse afuera; pero también para la sociedad en general,
porque todas las herramientas de distribución que la ley incorpora en el
artículo 66 –lenguaje de señas, lenguaje simplificado, subtítulos, audio
descripción- a la larga pueden generar mayor conciencia de las discapacidades.
En el armado de dicho artículo hubo mucha participación de las instituciones de
personas con discapacidad y eso es muy bueno”.
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